Anestesia epidural y contracciones uterinas

Ref. MN Lim. International Journal of Gynecology and Obstetrics 2005;88:49-50.

Según experiencia anecdótica, las parteras y médicos a veces perciben que las contracciones uterinas disminuyen en fuerza y frecuencia después de la administración de anestesia epidural. Probablemente se trate de una percepción incorrecta, ya que no existe una razón fisiológica para este fenómeno [1]. Sin embargo, esta probable idea errónea es de cierta importancia, ya que la percepción de una reducción en la actividad uterina podría conducir a una inadecuada administración de ocitócicos. La hipótesis de este estudio fue que la actividad uterina disminuye tras la administración de anestesia epidural.

Se seleccionaron para este estudio retrospectivo primíparas con embarazos únicos en trabajo de parto espontáneo que recibieron anestesia epidural. Se identificaron en una unidad de maternidad 3500 partos, entre junio y diciembre de 2003.

Se utilizó anestesia epidural controlada por la paciente. Se llevó a cabo utilizando un bolo de 10 mL de bupivacaína 0.25%, una infusión de 5 mL/h de bupivacaína 0.1% y fentanilo 2 mcg/mL en solución salina normal, y un bolo de 5 mL controlado por la paciente con un intervalo de bloqueo de 20 min [2]. La fuerza de las contracciones uterinas se documentó como leve, moderada y fuerte. Para los propósitos de este estudio, estos fueron recodificados como una variable continua de 1 a 3.

La frecuencia de las contracciones se documentó como número en intervalos de 10 minutos. Se recogieron datos sobre la frecuencia de las contracciones 1 h antes y hasta 5 h después de la administración del bloqueo epidural. Para asegurar que el uso de ocitocina no interfiriera con nuestro análisis, los datos se analizaron hasta el momento en que se inició la ocitocina (y si es que se administró).

Se identificaron cuarenta mujeres. El número medio de contracciones 1 h antes de la analgesia epidural fue 3.62 (DE 0.88) y 1 h después fue 3.47 (DE 1.1) [p = 0.4, prueba t pareada]. Del mismo modo, no hubo diferencias en el número medio de contracciones a las 2 a 5 h. La fuerza de las contracciones uterinas no se alteró antes y después de la administración epidural.

Este estudio no respalda nuestra hipótesis. Esto es positivo porque si las contracciones uterinas se percibieron inapropiadamente menos frecuentes e intensas, es posible que se prescribiera ocitocina de manera inapropiada.

Este estudio también es importante para las unidades de maternidad donde se dispone de anestesia epidural, pero donde la monitorización continua de la actividad fetal y uterina no son la norma [3]. En estas unidades la evaluación clínica de la actividad uterina parece ser apropiada.

Referencias:
1. Harmer M. Analgesia and anaesthesia. In: Chamberlain G, editor. Turnbull’s obstetrics, 2nd ed. London7 Churchill Livingstone, 1995. p. 597-602.
2. Gambling DR, Huber CJ. Patient controlled epidural analgesia in labour: varying bolus dose and lockout interval. Can J Anaesth 1993 (Mar);40(3):211-7.
3. O’Driscoll K, Meagher D. Care of fetus. In: O’Driscoll K, Meagher D, Boylan P, editors. Active management of labor, 3rd ed. Aylesbury7 Mosby, 1993. p. 106-9.

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Claudia Chavez de Durini

Buen artículo. Muy gráfico. Gracias por compartirlo.

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Guatemala
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