No he visto anafilaxia por bloqueadores neuromusculares, probablemente algunas reacciones urticariales pasajeras (alergias) por atracurio. Interesante la opción de “antagonizar” una alergia grave por aminoesteroide con sugammadex. [Dr. Luis Higgins. 12 abril 2021. Hosp. San Ángel Inn Chapultepec. Ciudad de México].
Resp. 1. Dr. Alfonso Romo Zúñiga. 22 septiembre 2010. Tijuana, Baja California. Comentario acerca de la molécula de gama ciclodextrina (sugammadex) modificada por el Dr. Bon para poder quelar las moléculas del bloqueador neuromuscular aminoesteroideo (rocuronio, vecuronio), no así los bencilisoquinolínicos:
1. No existe publicado ni en los Clinical Trails en los Estados Unidos, ni en literatura europea casos de alergia grave o anafilaxia por sugammadex, por lo que la desconfianza de la FDA es por la experiencia anterior con rapacuronio.
2. Aunque es costoso, y eso es porque actualmente los costos de investigación cada ves se tornan mas caros, y eso aunado a los costos de desarrollo y mercadotecnia de un fármaco es lo que lo encarece. Debemos de estar cocientes de que es un recurso más en nuestro arsenal terapéutico y debe tener su adecuado lugar en nuestra práctica.
3. Cuando no se utiliza un monitor de relajación muscular, realmente no estamos manteniendo un bloqueo neuromuscular adecuado para muchos de los procedimientos quirúrgicos, lo cual es indudablemente sugerible y, en algunos países mandatorio, ya que clínicamente no es correcto determinar con precisión si tenemos un bloqueo neuromuscular superficial o profundo.
4. Debemos de reconocer que, por lo publicado por Brevan, Motgensen 1979, Debane 2003, Claudius 2009, la el bloqueo neuromuscular residual continúa siendo un problema en nuestra práctica, tanto por aminoesteroides como bencilisoquinolínicos ya que existen innumerables factores (genético de trascripción, moleculares y bioquímicos) que afectan el funcionamiento de la unión neuromuscular.
5. Debemos consensar una correcta práctica del bloqueo neuromuscular y su antagonismo sin tomar en cuenta los costos, sino tratando de ubicar los farmacos en su justo sitio.
A continuación referencias bibliográficas de interés:
Mitigation of rocuronium-induced anaphylaxis by sugammadex: the great unknown. Anaesthesia. PM Jones. Comment. 2010 Jan;65(1):89-90. Se estima que la anafilaxia intraoperatoria ocurre entre 1 de cada 3,500-13,000 casos. Los bloqueadores neuromusculares (BNM) representan el 55-69% de las anafilaxias perioperatorias y los fármacos implicados con mayor frecuencia son el suxametonio y rocuronio. La anafilaxia por rocuronio es probablemente más común en ciertos países, como Francia y Noruega, en comparación con América del Norte. El tratamiento de la anafilaxia es muy conocido por los anestesiólogos. La anafilaxia no es un fenómeno de todo o nada, y la respuesta anafiláctica continua puede depender, hasta cierto punto, de la continua presencia en el cuerpo del antígeno culpable. Por lo tanto, un tratamiento estándar implica la rápida eliminación de la continua exposición del paciente al antígeno causante. En el caso de la mayoría de los fármacos intravenosos, es imposible eliminar la exposición al fármaco que ya se encuentra circulando en el torrente sanguíneo del paciente, y el fármaco restante puede continuar manteniendo la respuesta anafiláctica hasta su completa eliminación del cuerpo. [Ver artículo completo]
Treatment of rocuronium-induced anaphylaxis using sugammadex – A case report. Sun-Min Kim. Anesth Pain Med (Seoul). 2021 Jan;16(1):56-59.
– Antecedentes: La anafilaxia perioperatoria es una condición clínica potencialmente mortal caracterizada por manifestaciones respiratorias y cardiovasculares graves. Los bloqueadores neuromusculares (BNM) son la causa más común de anafilaxia durante la anestesia.
– Caso: Presentamos un caso de anafilaxia inducida por rocuronio tratado con sugammadex. Una mujer de 75 años programada para cirugía de columna. No tenía antecedentes de alergias. Después de la inyección de rocuronio, presentó hipotensión arterial y taquicardia, erupciones cutáneas urticariales. Se administró sugammadex para antagonizar el BNM y posponer la cirugía, estabilizándose los signos vitales. El día 76 del posoperatorio se realizaron pruebas intradérmicas con rocuronio, propofol y cefazolina. El rocuronio diluido indujo una lesión inflamatoria de 14 mm y una lesión urticarial (habón) de 8 mm en 5 min, desapareciendo 15 min después.
– Conclusiones: Sugammadex, antagonista del rocuronio, es una alternativa útil para tratar la anafilaxia inducida por rocuronio. [Ver artículo completo]
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