Presentación de artículos antiguos (1930-1970) que muestran la evolución en el diagnóstico y tratamiento de la cefalea pospunción de duramadre en anestesia neuroaxial.
1. Nelson MO. Postpuncture Headaches; A Clinical and Experimental Study of the Cause and Prevention. Arch. Derm. 1930;21:615-627 (April). En la sección de dermatología y sifilología de la Clínica Mayo, se realizan aproximadamente 50 punciones espinales por semana. Las cefaleas que aparecen después del procedimiento han sido denunciados por tantos pacientes que era investigar la causa y buscar algún medio para prevenirlos. Sobre la base de las explicaciones de la causa de los dolores de cabeza, se han recomendado varios procedimientos para la prevención o curación. Con la idea de aumentar la presión o la secreción real de líquido cefalorraquídeo, se han utilizado inyecciones subcutáneas de soluciones de pituitaria y la inyección intravenosa de solución hipotónica de cloruro de sodio. Se ha recomendado la utilización de agujas de pequeño calibre para reducir al mínimo el tamaño del orificio que queda en las meninges. Sicard ha sugerido confinar al paciente en cama con la cabeza baja (Trendelenburg) durante 24-48 horas después de la punción. Se ha informado que es beneficioso reemplazar el líquido extraído en la punción con una solución fisiológica de cloruro de sodio introducida en el canal con una jeringa. Greene sugirió el empleo de una aguja con punta redondeada y afirmó que con ella se puede evitar en gran medida una lesión en las meninges similar a la producida por la aguja habitual de punta biselada, y ha disminuido los dolores de cabeza pospunción en prácticamente todos los casos mediante el uso de esta aguja. [Ver artículo completo]
2. Emory M L. Certain Reactions Following Spinal Puncture. A Comparison of Technics. Amer. Pract. 1943;2:451-456 (March). Se ha informado de diversas reacciones en el 17 al 40% de los pacientes después de la punción espinal lumbar. El síndrome incluye cefalea acompañada en casos severos de vértigo, náuseas y vómitos. El rasgo más característico de esta cefalea es el rápido alivio cuando el paciente se acuesta y la cefalea reaparece al sentarse o levantarse. La cefalea puede ser transitoria, durar una o dos horas; moderada, terminando en uno o dos días; o grave, que dura seis o más días. Sicard refirió que la cefalea se debe por fuga de líquido cefalorraquídeo hacia el espacio epidural a través del defecto en la duramadre dejado por la aguja de punción. El líquido cefalorraquídeo en un saco cerrado (duramadre-aracnoides intacta no perforada) forma una almohadilla para el cerebro y médula espinal. [Ver artículo completo]
3. Brown BA. Prolonged Headache Following Spinal Puncture. Response to Surgical Treatment. J Neurosurg. 1962;19:349-350 (April). Se sabe que la cefalea que con frecuencia sigue a la punción espinal es el resultado de la fuga de líquido cefalorraquídeo a través de la perforación o desgarro de la duramadre-aracnoides. Varios informes han señalado las medidas preventivas, incluido el uso de agujas de pequeño calibre, la “separación” de la duramadre en lugar de cortarla, la colocación cuidadosa del paciente y la perforación de una duramadre no tensa o estirada. Una vez instalada la cefalea pospunción de duramadre, los diferentes tratamientos incluyen la infusión de solución salina, posición variable del paciente y la administración de Pitressin (argipresina, vasopresina arginina) y otros medicamentos. Sin embargo, hasta donde sabemos, no se ha informado anteriormente sobre el tratamiento quirúrgico para la cefalea pospunción de duramadre. [Ver artículo completo]
4. Ozdil T. Post Lumbar Puncture Headache: An Effective Method of Prevention. Anesth & Analg. 1965;44:542-545 (September- October). La cefalea pospunción de duramadre (CPPD), presenciada por los médicos que han utilizado la punción espinal, continúa observándose. Tourtellotte afirmó que la incidencia global de la CPPD es del 32% y en los pacientes quirúrgicos después de la anestesia espinal es del 13%; y 18% en las pacientes obstétricas. [Ver artículo completo]
5. AnthonY J DiGiovanni. Epidural Injections of Autologous lood for Postlumbar-Puncture Headache. 1970;49(2):269-271. La incidencia de cefalea después una punción lumbar en diferentes series de pacientes oscila entre 0.5 y 60%, con un promedio del 13% en pacientes quirúrgicos y 18% en obstétricas. La incidencia aumenta un 32% cuando la punción espinal lumbar se realiza con fines diagnósticos. Existe un acuerdo general en que este tipo de cefalea es el resultado de una fuga de líquido cefalorraquídeo (LCR) a través del desgarro o perforación dural. Cuando el paciente asume la posición erguida, se produce un déficit relativo de volumen de LCR intracraneal. Privado de su colchón hídrico, el cerebro se “moviliza, cae” y tensiona sus estructuras de anclaje inervadas por fibras algógenas. [Ver artículo completo]

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